EUROPA
PRESS
11 mayo
2021
¡No
dejes de moverte en esta pandemia! Descubre cómo mejora tu sistema inmunitario
El sistema inmunitario es nuestro
ejército contra las infecciones, contra toda enfermedad, que hoy en día en
pandemia más que nunca debemos cuidar. Varias son las claves para mantenerlo en
forma: una buena alimentación, deporte y actividad física, así como un buen
descanso.
Así lo confirma en una entrevista con Infosalus
el discípulo de Gregorio Marañón y especialista en Endocrinología, Metabolismo,
Nutrición y Biopatología, el doctor Carlos E. Rodríguez Jiménez, coincidiendo
con la publicación de su libro 'Inmunonutrición y Bioestilo' (Almuzara).
"El deporte, que no significa un deporte de élite, pero
sí actividad física periódica simple, nos ayuda a mejorar la captación de
oxígeno, responsable de que todas las células, todos los intersticios celulares
estén mejor oxigenados, a la par que acelera los recambios celulares en
cualquier órgano, no digamos del pulmón, que se enriquece con oxígeno que llega
a través de la sangre", sostiene.
Y es que, según asegura, se ha demostrado que la inactividad
física es una "causa real" de más de 35 enfermedades y afecciones
crónicas, y en definitiva, de una mortalidad temprana: la resistencia a la
insulina que conduce a la diabetes tipo 2; el envejecimiento prematuro que
conduce a la enfermedad de Alzheimer; la disminución del sistema inmune,
provocando infecciones; así como otras enfermedades o factores de riesgo
cardiovascular, que conducen a las enfermedades cardiovasculares, la obesidad y
al síndrome metabólico.
En concreto, el doctor Rodríguez Jiménez distingue
'actividad física' de 'ejercicio físico' y la define
como "cualquier movimiento corporal producido por los músculos
esqueléticos que requiere de gasto de energía": "Practicar niveles
regulares y adecuados de actividad física han demostrado reducir el riesgo de
infecciones, hipertensión, enfermedad coronaria, ictus, diabetes, cáncer,
depresión, mejorar la salud ósea; y ser fundamental para el control de
peso".
Mientras, dice que el 'ejercicio físico' es una subcategoría
de la 'actividad física' planificada, estructurada, repetitiva y decidida, en
el sentido de que el objetivo es la mejora o el mantenimiento de uno o más
componentes de la aptitud física. "Podemos decir que la actividad física
incluye el ejercicio físico, así como otras actividades que involucran
movimientos corporales y se realizan como parte de la jornada laboral, el
transporte activo, las tareas domésticas o las actividades recreativas",
detalla.
El peligro de la inactividad
Durante esta crisis sanitaria de la COVID-19 lamenta que se
ha visto reducida nuestra actividad física, lo que supone a su juicio "un
riesgo adicional" tanto a nivel físico como mental, dado que el sistema
inmune "interviene en todas las patologías".
"A los virus no les gusta estar oxigenados y por eso
nos ponemos oxígeno cuando estamos afectados por virus o por alguna
deficiencia, donde se ve que el cuerpo va a estar privado del oxígeno. El SARS-CoV 2 muta con facilidad y dificulta que esté bien
oxigenado el pulmón. El organismo trata de que no pase por él y para ello forma
coágulos. Hay dos teorías sobre esta infección, que el propio organismo los
forma, y otra que el propio virus los forma para hacer
más factible su ataque. Por eso uno de los medicamentos que se emplean es la
heparina e incluso ahora como prevención", relata el especialista en
Endocrinología.
Apunta también a un estudio publicado en 'Nutrition Enhanced Sports
Performance', que muestra que el ejercicio de intensidad moderada mejora la
función inmunitaria en comparación con el estado inactivo, lo que disminuye la
incidencia de infecciones de las vías respiratorias, cáncer, y enfermedades
inflamatorias. "Sin embargo, el ejercicio vigoroso suprime transitoriamente
la función inmunitaria y puede aumentar el riesgo de infección de las vías
respiratorias y el daño muscular", agrega.
A nivel molecular, el doctor Rodríguez mantiene que el
ejercicio regular disminuye los niveles circulantes de citoquinas proinflamatorias
y el estrés oxidativo, mejorando también la función de las células inmunitarias
en estado de reposo. "En este sentido, gracias a una vida activa, se
producen moléculas que regulan favorablemente mecanismos inmunitarios con
acciones antiinflamatorias, contribuyendo al mantenimiento de un sistema
inmunitario fuerte", subraya.
Además, un reciente trabajo científico publicado en 'Exercise Inmunology' remarca que
el ejercicio físico provoca poblaciones de bacterias saludables en nuestro microbiota, implicadas en una buena regulación del sistema
inmunitario frente a infecciones, enfermedades y afecciones crónicas.
El también responsable de la unidad de Inmunometabolismo,
Endocrinología y Nutrición del Hospital Beata María Ana de Madrid resalta que la
actividad física puede ayudar a eliminar bacterias en los pulmones y vías
respiratorias. "Esto puede reducir la probabilidad de contraer un
resfriado, una gripe u otras enfermedades", apostilla.
Igualmente, valora que el ejercicio provoca cambios favorables
en los anticuerpos y los glóbulos blancos, de forma que estos pueden circular
más rápidamente, según indica, y con ello detectar enfermedades con mayor
rapidez. "El ejercicio, también, disminuye la secreción de hormas de
estrés. Un nivel alto de estrés incrementa la probabilidad de que se presente
una enfermedad", agrega.
Rodríguez Jiménez ensalza asimismo que la elevación leve de
temperatura corporal durante e inmediatamente después del ejercicio produce el
crecimiento bacteriano, combatiendo mejor una infección.